El futuro teje con lazos inciertos
el porvenir de lo definitivo.
Lo que no parece tener sentido
se aferra a las noches
solitarias, y entre la niebla
de la tristeza
que tiende sus raíces
sobre los lechos
sigue la lucha de la esperanza
cortafuegos de imprudencias efímeras.
Y nunca el corazón se rinde,
nunca se rinde...
Entre los vapores
corrosivos de una noche
tan cálida que disuelve
toda evidencia
quisiera ver
lo que cualquier ciego
percibiría, de no ser porque
el corazón nunca se rinde,
nunca se rinde...
Y a pesar de los días
más allá de las noches
cuando duele el alma despojada
de toda duda,
quedará la certeza
brillante, envolvente
flotando como una burbuja
ligera, transparente
de que el corazón nunca se rinde,
nunca....
el porvenir de lo definitivo.
Lo que no parece tener sentido
se aferra a las noches
solitarias, y entre la niebla
de la tristeza
que tiende sus raíces
sobre los lechos
sigue la lucha de la esperanza
cortafuegos de imprudencias efímeras.
Y nunca el corazón se rinde,
nunca se rinde...
Entre los vapores
corrosivos de una noche
tan cálida que disuelve
toda evidencia
quisiera ver
lo que cualquier ciego
percibiría, de no ser porque
el corazón nunca se rinde,
nunca se rinde...
Y a pesar de los días
más allá de las noches
cuando duele el alma despojada
de toda duda,
quedará la certeza
brillante, envolvente
flotando como una burbuja
ligera, transparente
de que el corazón nunca se rinde,
nunca....