sábado, 29 de diciembre de 2012

Como el olmo seco...



Y se alinearon los planetas, y la vida nos sorprendió en la misma esquina. Como dice la canción, yo estaba donde no tenía que estar y tú, pasaste sin querer pasar. Pero sin el final romántico de cualquier película de esas que termina bien. Yo sentí ese temblor….ese temblor que nace adentro y se irradia hasta las manos sacudiendo cualquier entendimiento. Tus ojos buscaban como expertos sabuesos la huella de lo que quedara y hallaron su reflejo. 

Qué triste parodia dejarnos hablar de todo como si nada. Y sin querer ser, somos. Sin querer preguntar, atajamos dudas. Alrededor, adornan la foto los que nos quieren, los que nos saben, los que nos tienen. Y dando sentido a todo eso, ejes de nuestra farsa, nosotros.

Nos despedimos y nuestro tacto nos habla de cercanía cuando nada lo es. ¿Me buscarás, aunque sea por saber?...yo ya no te buscaré más. Nos pensaremos un tiempo, el recuerdo nos ulcerará el corazón una vez más y después…nada...

Hay quien dice que existe el destino, como si el azar fuera un instrumento con alguna finalidad en manos de la vida. Y la duda parpadea como una luciérnaga esquiva. Será esa incertidumbre la que, sin piedad, irá talando cada minuto que estés en mi recuerdo...y cada vez que mi tiempo se estrelle contra el suelo, seré consciente de que después de mucho intentarlo, no he aprendido nada…nada…

Yo sólo sé, como dijo el maestro al olmo seco, que
 “mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.”


domingo, 8 de julio de 2012

Dulce caos

Hace un tiempo que reencontré un antiguo CD de HIM, "Love Metal". Hay un tema que me gusta bastante, "Sweet pandemonium"...y no sé... a veces pienso que es el ritmo de mi propio interior en algunos ratos "góticos". Así que siguiendo este ritmo, he hecho mi propia interpretación y he hecho mías la fuerza, la pasión y todo lo demás que me sugiere ese tema.

Desde el rincón exquisito que nunca fue para mí, desde el breve espacio en el que nunca estuve,...

"Tal vez si existiera una oración para mí,
habría una esperanza.
La luz que pretendo encender
Está dormida en el breve espacio en que el amor se abraza.

¿Puedes oír mi dulce mensaje desde aquí?
En mis dedos  se aferra a estas teclas en un dulce caos.
Encadenado por el miedo,
el valor busca su última salida y encuentra un dulce caos.

Si me escondo en el refugio de mi mente
Sé que nadie me encontrará.
Perdida, sé que si ahora desaparezco
El amor no me buscará.

¿Puedes oír mi dulce mensaje desde aquí?
En mis dedos  se aferra a estas teclas en un dulce caos.
Encadenado por el miedo,
el valor busca su última salida y encuentra un dulce caos.

La verdad busca su camino pese a mí
Hay un grito espeso aferrado a mi pecho.
El secreto se remueve inquieto en su silencio
sedimentado  en el interior , no halla luz en su tumba.

¿Puedes oír mi dulce mensaje desde aquí?
En mis dedos  se aferra a estas teclas en un dulce caos.
Encadenado por el miedo,
el valor busca su última salida y encuentra un dulce caos."



domingo, 22 de abril de 2012

Vida Difractada






Recordaba que una vez, cuando era una niña, había visto en una película cómo al colgar un cristal frente a la luz éste regalaba a la vista un sinfín de colores. Así que, muchos años después, se dispuso a emular aquella imagen que la dejaba tan perpleja y alucinada como cuando veía una burbuja de jabón flotar frágil y elegante hacia el cielo. Tomó su sueño infantil cristalizado  y transparente, lo colgó de un hilo casi invisible a la altura apropiada delante de la ventana y observó. No sucedía nada. Meditó por un instante. Tal vez no era la hora del día apropiada. Durante días, esperó expectante que por fin se cumpliera su sueño y la luz, al atravesar el cristal, arrancara de sus prismáticas entrañas todos los colores que escondía, como si de la llave del cofre de un tesoro se tratara. Pero semanas después, el cristal tallado seguía siendo un simple y aburrido pedazo de cristal que colgaba tristemente de la barra de la cortina y que, visto lo visto, jamás llegaría a cumplir su misión en esta vida. Si al menos hubiera formado parte de una lámpara habría constituido siquiera parte de un todo digno de admirar.
Lo miró una vez más con cierta tristeza. Una retina vencida y decepcionada sopesaba ahora sus expectativas.  Su cristal no servía para nada…habría que descolgarlo de allí. Qué desacierto  pensar que luz y física conjurarían la difracción. No era el lugar adecuado, no era la orientación acertada, no era el cristal necesario, no era lo bastante lista. Decidió que cualquier día lo descolgaría y lo guardaría. No tenía ningún sentido que aquel cadáver cristalino ocupara un espacio frente a su ventana.
El tiempo pasó y ningún día fue bueno para empuñar la tijera y ejecutar la sentencia. Sin embargo, en el tiempo detenido del cristal, una tarde de repente sucedió la magia. Un buen día llegó la primavera y el Sol dejó de ser invernal y conquistó una nueva posición en el cielo. Y fue entonces cuando la luz blanca y certera atravesó el corazón suspendido y silencioso abriéndose paso en mil direcciones, salpicando de pequeños arco-iris la pared del salón.
Atónita, contempló el  hermoso cuadro  que se le regalaba por unos minutos. Tanto tiempo esperando… Extendió las manos sonrientes intentando atraparlo y sus dedos se volvieron de colores. ¡Era tan bonito !... El continente de sus tardes solitarias se transformaba de repente en un envoltorio brillante y hermoso. Miró hacia su interior y se descubrió  a sí misma de cristal, suspendida en una intemporalidad que no encontraba sus colores. ¿Cómo comprender que cuando la Vida se para en nuestro interior , afuera el Mundo sigue girando? Imaginó toda su vida moviéndose en una dirección, como un haz de luz blanca tratando de chocar con ella y difractarse en todos los momentos felices que quedaban misteriosamente encerrados en sus sueños, en una invisibilidad desconcertante, mientras ella se balanceaba suavemente asida al mundo por su propia esperanza.
Se preguntó a si misma: “¿Y por qué no?, ¿por qué no pensar que un día la primavera llegará y mi vida se volverá nuevamente de colores, aunque solo sea por unos minutos?. ¿Por qué no esperar que por fin todo se revelará tan bello como es sentido en una vida difractada?".



jueves, 12 de abril de 2012

El MiTo dE La TaBeRNa

"Con cariño para Teo y sus amigos"


Teo a mi lado filosofaba sobre el hombre y su humanidad, diseccionando en cuatro palabras toda la barbarie de la que los hombres somos capaces cuando nos segregan con religiones, política y otras tendencias. “Lo importante es “ser persona” , estaba diciendo en aquel momento. Me quedé pensativa. Rodaban por mi cabeza los cuentos de Paco Onieva, “Los que miran el frío”, en los que desnudaba las imágenes más crudas de una infame guerra civil en la que los vecinos se dividieron en bandos y no escatimaron en tropelías y atrocidades. Los vecinos…qué puede mover a los cercanos a darse caza, qué puede mover al hombre a despreciar tanto la vida como para arrebatarla de un balazo sin miramientos…Regresé justo en el momento en el que Teo repetía, mirándome seriamente a los ojos como siempre: “Lo único que importa es “ser persona”. Asentí con la cabeza un poco perdida aún entre el 36 y el 39.

La noche caía tras varias copas de más. Frente a mi penúltima copa mi yo y mi concepto del mundo se fundían junto al hielo y al limón. Todo un ecosistema se desarrollaba en el pequeño callejón de Teo, donde un batiburrillo de actores sutilmente inmiscibles forjaban un cuadro digno de pintar. Teo desde su atalaya vigilaba un horizonte que cada vez íbamos alargando más, y mientras si mientras no, nos leía un futuro en el que muchos queríamos creer.

Creo que fue entonces cuando el presente comenzó a tambalearse dentro de mí. Entre risa y risa me aferré a los brazos más cercanos intentando sobreponerme a un oleaje que no había hecho más que comenzar. Pronto me zozobraron las fuerzas (que no la consciencia) y, muy a mi pesar, tuve que rendirme y mirarlo todo desde un ángulo muy distinto: el del desvalido. Si hubiera podido meter la mano en el bolsillo, el dinero que habría encontrado no habría sido suficiente para comprar mi consuelo. Por suerte, descubrí que era bastante más rica que todo eso: tenía un hombro en el que apoyarme, una mano amiga que me sujetara, unas palabras de aliento, y alguien para llevarme donde fuere menester.

Después de redecorar la pared del vecino y algunos pares de zapatos, busqué un refugio dispuesta a esperar pacientemente a que la tierra por fin se abriera y me tragara. Vino a rescatarme de mis apesadumbrados rezos una sonrisa amiga abanderada por un ” ¿qué tal estás?”. Fui a despedirme de Teo, que me plantó dos besos, me agarró con firmeza las manos y mirándome seriamente a los ojos (como siempre) me dijo: “No te preocupes por nada”.

Días después pensé largamente en aquellos minutos eternos de naufragio y en cada cual. ¿Se nace bueno? ¿Se aprende a ser bueno? ¿Se es bueno con todos por igual? Y si no, ¿de qué depende? La verdad…no sé cómo habría actuado yo. Me consuelo pensando que nuestra propia bondad puede ser aprendida y cultivada, y que eso nos da a todos una oportunidad. Aquella noche aprendí en la taberna que las personas valiosas, las que se hacen importantes, las que de verdad quieres que estén cerca de ti, son aquellas que están cuando hay que estar, y además de estar, saben. Las personas importantes son las que saben que lo importante ante todo es ser persona. Nada fácil.

¿Qué sería del Estrecho sin Teo? Cada día luchando contra los molinos de viento entre caña y caña. Sería un bar como cualquier otro, sin identidad para nosotros. Y es curioso pensarlo, pero tal vez por esa humanidad, o por ese microclima que él crea, o porque alguna vez salimos de la caverna y vimos el Sol y alguien estuvo ahí para decirnos “no te preocupes por nada”, tal vez por eso…después de conocer a Teo, bueno o malo, cada uno da lo que tiene. Y el que sabe pintar, pinta, el que sabe cazar, caza, y el que sabe escribir, escribe.

Por lo visto, alguien más ha debido de vivir una experiencia reveladora muy parecida a la mía, que resumió de este modo: “In vino veritas, in aqua sanitas” (en el vino está la verdad, en el agua la salud). Así que, con un vaso de” verdad” en la mano, ¡ brindo por mis amigos !.


lunes, 5 de diciembre de 2011

Vida SoLfeada



(Reloj)

El día se despereza.

Tira y afloja de cuerdas y trastes

Afinan poco a poco los sentidos.

Desdibujo en el espejo

Pecas descoloridas,

Maraña pelirroja.

(Batuta)

Suena la Vida en clave de Sol

Y el Mundo danza por las calles

Al son de su propio ritmo.

Entro a descompás

Me enredo en el pentagrama

Como un “la” desafinado.

(Metrónomo)

Soy un Si,

Soy un No,

Soy un Mi

Asincopado,

Abrazado por un silencio redondo,

Un si-

Un –lencio

Redondo.

(Tempo, tres por cuatro)

Un dos tres,

Un dos tres…

Pianísimo.

Lento.

Triste.

(Un) Desacompasado.

(Silencio)


jueves, 30 de junio de 2011

Memoria final

El futuro teje con lazos inciertos
el porvenir de lo definitivo.
Lo que no parece tener sentido
se aferra a las noches
solitarias, y entre la niebla
de la tristeza
que tiende sus raíces
sobre los lechos
sigue la lucha de la esperanza
cortafuegos de imprudencias efímeras.
Y nunca el corazón se rinde,
nunca se rinde...
Entre los vapores
corrosivos de una noche
tan cálida que disuelve
toda evidencia
quisiera ver
lo que cualquier ciego
percibiría, de no ser porque
el corazón nunca se rinde,
nunca se rinde...
Y a pesar de los días
más allá de las noches
cuando duele el alma despojada
de toda duda,
quedará la certeza
brillante, envolvente
flotando como una burbuja
ligera, transparente
de que el corazón nunca se rinde,
nunca....

lunes, 20 de junio de 2011

Deriva

Deriva....deriva......deriva.....la palabra se desliza entre los labios como una gota vacía....de-ri-va....se encalla en el silencio desde donde la miro, como un mudo testigo de sal. Desde su ventana, hay quien observa tras las cortinas, y sin necesidad de ver con claridad donde no parece haber nada interesante, lo visible se codifica, al trasluz del dibujo.

Un golpe seco y resquebrajante pasa desapercibido entre el ruido de afuera. Doy un sorbito más al vino de mi copa despacio, sintiendo el cristal como lo más real y cercano, y sonrío.

El mundo sigue girando, suena la gran orquesta de la vida a mi alrededor...y todo lo demás, deriva...